Creado en 1967 y Reserva Mundial de la Biosfera, desde 1985, es administrado por la Corporación Nacional Forestal, Conaf.
Cuenta con una superficie aproximada de 8.000 hectáreas y una infraestructura apta para el estudio de la biodiversidad y la recreación.
Posee un bosque nativo diverso: Bosque Hidrófilo (cerca agua), donde predominan el canelo, la patagua, el lingue, el arrayán macho y el palo santo.
También posee bosques nativos diversos: Exclerófilo (distante al agua) con especies como: el Quisco, el Chagual, Tebo y Colliguay.
Su fauna es más limitada aunque no menos interesante, posee especies como: Picaflor Gigante, Pájaros Carpinteros, Torcazas, Águilas, Lechuza Blanca, Zorro Chillo, Quiques, Vizcachas, Llacas, Iguanas, Culebras, Lagartijas (8 especies diferentes, etc). Subiendo por un duro y escarpado camino a 1.828 mts. sobre el nivel del mar se llega a la cima del Monte La Campana.
Charles Darwin en 1834 ascendió a la cumbre donde en días despejados se aprecia la vista impresionante de la Cordillera de Los Andes, los Valle Costinos, Valparaíso y sus barcos, ríos y el majestuoso Cerro Aconcagua (el más alto de América).
La iglesia, inicialmente una capilla, es producto de un proceso de religiosidad popular muy propio de la zona central de país, relacionado con el hallazgo de un “objeto de culto” que luego se vuelve un verdadero lugar de peregrinación.
En conjunto con la Virgen de Lo Vásquez o la Virgen de las 40 horas de Limache, el culto al Niño Dios de las Palmas representa lo más auténtico de la religiosidad campesina.
La tradición indica que un labrador de la zona de Caleu, encontró una figura religiosa modestamente vestida, la que llevó a su casa en tanto aparecía su dueño.
En el año 1780, la entregó a un agricultor de la zona de Las Palmas de Quebrada de Alvarado quien la llevó a ese lugar, transformándose luego en un objeto milagroso, al que rinden culto todas las comunidades campesinas de Quebrada de Alvarado, Las Palmas, La Vega, La Dormida, Olmué y otros lugares.
El proceso de culto se revitaliza durante los siglos XIX y XX con la realización de “bailes chinos” en honor al niño Dios y el otorgamiento de ofrendas de productos agrícolas de la zona. Además, genera y promueve la poesía popular a través del “canto a lo Divino” en un verdadero culto local que le otorga un valor agregado a la zona.
El entorno a este santuario, así como la ruta que lo une con Quebrada de Alvarado, muestra además una serie de paisajes y ecosistemas diversos, propios de la vertiente de umbría del Parque Nacional La Campana, creando una ruta alternativa al “camino real”, relacionada principalmente con la religiosidad popular propia de la zona central del país.
La antigua cuesta de La Dormida, Ruta de los Conquistadores, hoy cuenta con una magnífica carpeta asfáltica.
El viaje Santiago – Olmué es de una hermosura sin igual, permitiendo observar desde las alturas, la majestuosidad de la cordillera de la costa abrazando el Valle de Olmué.
Las fuentes refieren a la fundación de esta capilla por el propio conquistador don Pedro de Valdivia, quien debiendo descansar antes de acometer la subida a la cuesta, eligió ese lugar en donde fundó una pequeña capilla.
La iglesia y su entorno – el “cementerio parroquial”, el “atrio” de la capilla y las construcciones aledañas - forman parte de un conjunto colonial muy importante para el entendimiento de la vida en esa época.
Por su entorno pasa un tramo del propio “camino real” que, bordeando la vertiente sur de los lomajes que bajan del cerro El Roble, pasan por el sector La Vega para llegar al portezuelo de La Dormida.
El conjunto arquitectónico muestra construcciones tradicionales de adobe, quincha y teja en las casas de alrededor y se encuentra demarcado por antiguas “pircas” de piedra.